Arquitectura bajo París:
La belleza reside también en lugares que atravesamos lo más rápido posible y sin mirar . Los aparcamientos son los ejemplos perfectos de estos no-lugares. Esta serie fotográfica se centra en las líneas arquitectónicas desnudas y puras en las cuales todo tiene una función. Las frías luces cuya única finalidad es iluminar la oscuridad, dibujan formas sobre los muros. Los vacíos negros de los lugares oscuros donde la luz no es fundamental crea algunas imágenes inquietantes.En esta arquitectura es notoria su practicidad cruda y sin concesiones desprovista de adornos y elementos superfluos. Todos los símbolos y dibujos tienen un significado concreto y útil; la salida, el número de parcela, el piso. La decoración no tiene sentido en estos no-lugares. Los recursos son econimozados hasta su mínima expresión, Todo está simplificado; materiales, huecos, espacios , pasillos y escaleras. Incluso los artistas del graffiti no se atreven a decorar los garages y darles un toque humano. Los ruidos del edificio, como las canalizaciones y los ventiladores de aireación se mezclan con el silencio total, roto sólo por unos pasos rápidos y furtivos que pasan sin pararse y un motor que se escapa hacia fuera. La vida está allí arriba, los parkings son la cara oculta y subterránea. Es interesante elegir los aparcamientos como protagonistas de un proyecto artístico, para reconquistarlos o para mostrar la capacidad humana de crear lugares hostiles en vida. Las fotos transforman estos no-lugares en lugares de una gran belleza y calma, respetando siempre su descarnada austeridad.
Irune Orbea (France / Euskal Herria)
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